Todos los que tenemos niños tarde o temprano los tendremos que acabar llevando a la escuela. La mayoría de nosotros optamos al coche como vehículo de transporte, y lo que debería de ser un tranquilo y plácido viaje hasta el colegio a veces se convierte en toda una odisea porque nos encontramos ante situaciones muy diversas que al final pueden resultar hasta peligrosas e incluso de mal gusto. El gran problema son las prisas de la mayoría de los padres. Muchos padres llevan a sus hijos al colegio con la hora literalmente «pegada al culo» y ello provoca que más de uno vaya una velocidad un poquito excesiva, o incluso toca pegarle un bocinazo a alguno que está despistado porque todavía no ha terminado de despertarse. Lo peor de todo son los atascos que se lían a las puertas del colegio porque todos queremos entrar y salir al mismo tiempo y esto a veces ha ocasionado grandes atascos e incluso recuerdo una vez que estuve más de dos horas esperando poder mover el coche porque no podía avanzar ni en un sentido ni en otro. Ya sabes, si tienes niños mucha paciencia y cuidado al volante.